martes

[BIG BANG] FÉNIX / EPISODIO 1

   [BIG BANG] FÉNIX   EPISODIO UNO
           


             
Miró por la ventana de la habitación, era invierno la nieve caía y junto a la neblina parecían devorarse los altos edificios de Seúl .A su lado dormía una hermosa chica, no sabía ni siquiera su nombre, pero así era su vida, nadie tenía nombre, nadie era humano, todos eran maquinas deseosas de venganza, gente del mundo de la mafia, sin familia, sin amigos, sin amor, sin pasado ni futuro, sin alma… Suspiró, no quería recordar. 

− ¡Hey! ¡Levántate!−  golpeó  en la espalda a la chica semidesnuda, pero ella no se movía.  Enojado, tomó el vaso de whisky medio lleno que había sido  testigo de la alocada noche que vivieron,  arrojó el líquido en el rostro de la muchacha, ella se dio vuelta y comenzó a gritar. Sus ojos se encontraron con la penetrante mirada de la ex estrella, y supo inmediatamente que si no se marchaba le pasaría algo peor, aún asustada  y enrollada en las sábanas tomó su ropa y se vistió rápidamente.  Cuando terminó se dio la vuelta para mirar por última vez a su amante,  él levantó una ceja y con su profunda  y grave voz le dijo: −No fue la mejor noche que he tenido, así que no presumas−La chica se marchó.
                           
                                                     
Recostado sobre la cama, Tempo, como lo llamaban en la mafia, comenzó a tararear una canción, imaginó el video clip de Haru Haru,  se recordó cantando  frente a GD, su gran amigo. Cerró los ojos y se llevó una mano a la cabeza –Imposible− dijo. Todo parecía un sueño para él, ya no se acordaba cuando había sido la última vez que alguien lo llamó TOP, y mucho menos Seung  Hyun, incluso extraña que los fans lo llamaran cariñosamente “bingu”, simplemente sentía que su pasado no era real. ¿Qué fue de sus amigos? ¿Dónde quedaron las promesas que se hicieron? ¿Por qué todo había terminado? ¿Algún día volverían a reencontrarse?
                                  


 Tempo  encendió la televisión, hace mucho tiempo que no lo hacía, vio los shows musicales, los dramas, los programas de variedad y  pensó en que él y sus amigos no estaban, que otros grupos talentosos estaban liderando los rankings musicales, todo era pesadilla de la que no podía despertar, porque era totalmente real.  Era medio día, el noticiario empezaría, aunque no le importaban las noticias, dejó el canal  y subió el volumen, quizás para no sentir la soledad de la habitación de un hotel, se levantó y comenzó a afeitarse en el baño, tenía la puerta abierta por lo que podía escuchar perfectamente la televisión. 

“Hoy se cumplen 5 años desde el escándalo que separó a uno de los grupos musicales más exitosos de la historia de nuestro país, Big Bang”  la mujer de las noticias presentaba una nota en la que hablaban de la separación del grupo, Tempo congeló su mirada y la piel de su mejilla  quedó enganchada al filo de la navaja, no le dolía, no había ningún dolor para él, nada era tan doloroso como escuchar otra vez el nombre “Big Bang” a pesar de que al soltar la navaja la sangre corrió por su mejilla y se deslizó lentamente hacia abajo, no sintió nada.

Con miedo se acercó a la televisión, a pesar del volumen no escuchaba, ya sabía todo lo que dirían los reporteros, mentiras y más mentiras, como protección,  simplemente no escuchaba. Una lágrima corrió por su mejilla, vio a Taeyang sonriente bailando, Daesung cantando, Seungri y GD molestándose, él abrazando a todos con el encanto de siempre, se veía feliz, alegre, inspirado, estaba vivo, cantaba y bailaba junto a sus hermanos, junto a sus compañeros, junto a su otra familia, ese chico de la televisión no era a quién veía en el espejo. 

Sus rodillas flaquearon al mismo tiempo que las imágenes desaparecieron, era como si haber visto toda la energía de los cinco reunidos le hubiese dado ánimo en ese momento, y cuando la nota terminó, todo eso se esfumó, volvió a la realidad, volvió a ser el delincuente, el soldado de la mafia, el hombre sin familia, sin amigos, sin pasado, aquel hombre que un día lo dejó todo por no poder soportar el dolor de ver a su familia masacrada, su hermana, sus padres, todos habían muerto, la mafia lo quería, quería contar con su habilidad, con su seducción, debía tenerlo a toda cosa, y así fue. Y a pesar del asco que sentía por esos sucios hombres capaces de todo por dinero, se unió a ellos, sin razón aparente,  podría parecer una locura que alguien trabajara con los asesinos de su familia, pero él también quería morir, estaba esperando que algún día alguien le disparara, que alguien quisiera venganza y lo matara, los valores tradicionales que le habían inculcado sus padres y abuelos no aceptan el suicidio, no podía hacerlo, debía esperar que dios se lo llevará, pero él se pondría en el máximo peligro posible para que eso sucediera pronto, aún si respiraba, estaba muerto y no había razón para lo contrario, no había esperanza, la luz se había apagado por completo.

                                                                               

Un golpe en la puerta, ¿quién podía ser? ¿Sería la mucama? ¿Sería la chica de la mañana que había olvidado algo? ¿Los hombres de la organización?  Miró por el cerrojo, rápidamente dio la vuelta y comenzó a respirar agitado, cerró los ojos y mordió los labios, una grosería de las peores pasó por su mente, pero no podía hablar, no podía ser escuchado. 



-¡Sung Hyun!- una voz cálida gritaba su nombre al mismo tiempo que golpeaba la puerta intensamente, la última persona que dijo su nombre real fue su hermana, justo antes de ser asesinada frente a sus ojos, justo antes de que aquel hombre la decapitara, y ahora, esa persona, allá afuera, lo gritaba. De pronto, su teléfono vibró, lo tenía en el bolsillo, contestó silenciosamente.

− Dime.
−En cinco minutos, nos vemos.              
Palideció, uno de los hombres de la mafia estaría ahí, seguramente para indicarle un trabajo, para golpearlo o para cobrarle dinero, y afuera estaba una persona a la que él apreciaba, en ese momento volvió a sentir amor volvió a sentirse ser humano, un ser humano con historia y pasado. Corría peligro, estaba descolocado, nervioso, sudaba, apretó los puños y abrió la puerta. Sus miradas se encontraron intensamente, su cara lo decía todo, su cara hablaba por sí sola, y a la vez estaba emocionado, porque frente a él estaba su amigo, él que lo acompañó durante la escuela, con él que se divertía durante los descansos de las clases, con él que se burlaba de los profesores, con él que miraba películas prohibidas, con él compartió sus experiencias, él que lo conoció antes de ser famoso, era Hyun Joong, Kim Hyun Joong. 
No había tiempo de preguntarse por qué estaba ahí, ni cómo lo había encontrado, lo que debían hacer era salir de ahí, correr, huir, él deseaba morir, pero no podía permitir que algo le sucediera  a su amigo.  
Lo agarró fuertemente del brazo, y le indicó que guardara silencio con el dedo en su boca, cerró la puerta de la habitación por fuera, miró a la derecha, luego a la izquierda, Hyun Joong lo observaba con asombro, pero lo conocía y confiaba en él.  Tempo le indicó que lo siguiera. Corrieron  hasta la azotea del edificio por las escaleras, Tempo era seguido por ese hombre, a quién había dejado de ver cuando hay aún era un muchacho. Se escondieron en un cuarto de la azotea, era el cuarto de utilería, donde guardaban los productos y herramientas de limpieza, era pequeño y sofocante, pero lo suficientemente irrelevante como para que alguien no  los pudiera descubrir, había dejado su teléfono en la habitación del hotel, para despistar, aún no estaba seguro si le habían instalado un GPS sin que lo supiera.
                                 

Permanecieron uno al lado del otro, sentados en el piso de aquella fría habitación, estaban en silencio y nerviosos. 

− ¿Cómo me encontraste?
−Hace años te estamos buscando− Hyun Joong lo miró, pero su amigo aún tenía la cabeza agachada y miraba al suelo.
-¿Estamos?−
−Ya sabes, tus amigos, yo, Yoochun y Jaejoong –mientras su amigo hablaba Tempo tragó saliva, y permaneció en silencio− Cuando desapareciste, ellos estaban en la milicia pero  estaban al tanto de todo, sufrieron mucho sin poder estar afuera para apoyarte, yo pensé que debía darte un tiempo, que querías estar solo, que por esa razón no querías contestarme el teléfono, pero pasaron los meses y no sabía nada de ti, fui a casa de tus padres y los vecinos me dijeron que se habían mudado al campo, los busqué pero no hay rastro de ellos, estaba confundido, luego me tenía que ir a Japón a promocionar, así que dejé a un investigador, pero no era tan fácil encontrarlos, parecía como si te hubiese tragado la tierra, tu nombre no  registraba en ningún lugar.  Incluso mi madre intentó con sus amigas dar con el paradero de la tuya pero fue imposible –al oír a Hyun Joong hablar de su familia, Tempo sintió que su alma, aquella que creía que estaba fuera de su cuerpo, se destrozaba, el dolor volvía, pero no podía escapar, debía enfrentarlo ya que su amigo siguió hablando− Luego, tuve que ingresar al servicio militar, durante mis primeros meses Jae y Yoochun fueron dados de alta y tomaron la responsabilidad de la búsqueda, no pararon nunca, no se rindieron y gracias a eso te pudimos encontrar. Me han dado de alta el mes pasado, y ayer en la noche Jae me llamó desde Japón, desde donde están empezando su gira mundial, el detective privado los llamó y les dio esta dirección, inmediatamente me avisó, pero no quise venir ayer en la noche, quise tomarlo con calma, fui a muchos hoteles, a muchas casas abandonadas, e incluso fuera del país, los chicos llegaron hasta Canadá buscándote,  no quería esperanzarme demasiado, y a pesar de que ahora me ves tranquilo, siento que mi corazón se desgarra de la emoción, no puedo evitar sentir unas ganas de abrazarte, de consolarte, de hacerte sentir que tus amigos estamos aquí.
−Tempo lo miró, ambos tenían una lagrima a punto de caer− Me pregunté todos los días ¿estará bien? ¿Habrá comido bien? Cada vez que nos reuníamos y tomábamos soju, comprábamos botellas para cuatro, tu vaso siempre estaba en la mesa, tus cigarrillos, aquellos que olvidaste en mi casa la última vez que estuvimos juntos, aún siguen en el mismo lugar, esperando que llegues, a pesar de que insisto que fumar es malo –ambos soltaron una risa tímida − ¿Sabes? Ahora puedo comprender que algo sucede, que no estás viviendo como  Seung Hyun, no sé cómo quién lo haces, pero ahora en esta habitación, yo soy Hyun Joong y tú eres mi amigo de la secundaria, eres Seung Hyun, no importa nada, no importa lo que hayas hecho, o en lo que estés involucrado, ni cuánto tiempo haya pasado, aquí somos tú y yo, dos amigos− Hyun Joong derramó varias lágrimas e incluso un pequeño sollozo se pudo escuchar, la habitación era tan pequeña que no podía disimular, a pesar de que quería verse fuerte, capaz de ser un hombro y un bastón  para dar apoyo a su amigo, pero su corazón era débil, sabía en el fondo de su alma que Seung Hyun sufría, algo en su mirada había cambiado irremediablemente, era dolor puro. Tempo sacó de su bolsillo una carta y se la entregó a su amigo, quién la recibió asombrado. 
                         
−Es una carta, la escribí hace un tiempo, es para los tres, espero que puedan leerla juntos. Protege esa carta y cuando la hayan leído, por favor, quémenla. Lo único que les pido es que confíen en mí, en la carta les explico porque no puedo acércame a ustedes, y mucho menos ustedes a mí. Ahora vete rápido, baja por el ascensor como cualquier persona normal, ponte gafas  y no vuelvas a buscarme, te prometo que un día apareceré en tu puerta, me tomaré mi vaso de soju y fumaré mi cigarrillo, me reiré de ti y de  Jae borrachos  y sonreiré al ver la cara de Yoochun  explotar de la risa, les juro que algún día eso sucederá. ¡Vete!−.Aún impactado, Hyun Joong guardó la preciada carta en el bolsillo interior de su abrigo, abrazó a su amigo durante unos segundos y salió rápidamente del cuarto, pero antes de cerrar la puerta miró a para atrás, ambos asintieron con la cabeza y apretaron la boca, eran cómplices y la confianza era absoluta.
Al bajar por el ascensor Hyun Joong lucía nervioso, iba solo, bajó a la recepción y se reunió con su manager, ambos se dirigieron a la gran puerta principal, una hermosa puerta de vidrio con manillas de oro puro,  era un hotel lujoso, y por alguna razón su amigo estaba ahí, de algún lugar debía sacar tanto dinero ¿pero cómo?, se preguntaba todas esas cosas mientras miraba a su alrededor buscando una señal de aquello a lo que Tempo huía, ya en la puerta un hombre  que iba entrando lo dejó pasar primero,  llevaba  gafas oscuras, con cabello perfectamente peinado hacia atrás, un bigote fino y un traje de diseñador, a su lado tres hombres de impecable traje negro, todos con gafas también, con perfectos cortes de estilo militar, sin una pizca de sonrisa en la cara, sintió algo extraño, aquel hombre, pensó, quizás era él de quién huía su amigo, miró hacia atrás, pero dio vuelta la cabeza inmediatamente, debía salir rápido de ahí, antes que alguien lo reconociera. 
                         
Tempo, bajó hasta su habitación,  entró con cautela, cuando estaba a punto de cerrar la puerta, el hombre y sus tres secuaces se lo impidieron. Los dejó pasar, no tenía otra opción. Los saludó informalmente, el hombre se sentó en el sofá mientras los otros permanecían de pie registrando cada rincón con la mirada. 

−Veo que te ha ido bien con los trabajos, esta habitación es un lujo−Tempo permaneció callado –bueno, te traigo buenas noticias, el jefe quiere que hagas un trabajo importante, así que aquí te dejo la ficha−tomó un gran sobre y lo tiró a la pequeña mesa que estaba en el medio− Es una mujer extranjera a la que debes seducir y sacar información, una mujer hermosa, un trabajo perfecto para ti, claro que no olvides usar tu disfraz, cambiar el color de cabello,  ojalá esta vez uses bigote o algo parecido, no pueden reconocerte, lamentablemente alguna vez fuiste una estrella, aunque ahora no eres más que un pedazo de mierda−. El hombre tomó su abrigo, se acercó a Tempo y lo golpeó salvajemente en el rostro con su puño− Los hombres con cicatrices tienen un encanto especial para  las mujeres−. Tempo cerró los ojos, apretó el puño y se resistió a la idea de golpearlo, sabría que podía morir en dos segundos si cometía esa locura y por alguna razón la visita de Hyun Joong había calmado un poco sus ganas de desaparecer.
                                                  
Una vez que los hombres se fueron, Tempo, abrió el sobre, sabría a quién debía estafar, debía prepararse.  La primera hoja explicaba que tipo de trabajo era:
“Caso de deuda, hombre que se divierte con mujeres, gasta dinero pero no paga. Necesita aprender una seria lección, se le han dado oportunidades, en lo posible golpear hasta dejarlo lesionado, en caso de que se resista fuertemente, se autoriza llegar hasta la muerte, máxima discreción por tratarse de una persona famosa”.
Tempo miró extrañado la ficha, el hombre le había dicho que sería una mujer a la que debía seducir, ¿pero qué era esto? Tenía miedo de ver quién era, aún más porque se trataba de alguien famoso, y además por que ver esa información lo comprometería inmediatamente, era un caso de asesinato, un caso de venganza, un ajuste de cuenta que podía llegar a los peores límites, ese hombre, al que quizás, por ser famoso, conocía, podría llegar a ser cruelmente torturado por sus compañeros de organización, podía morir lenta y dolorosamente, aún así no pudo evitar dar vuelta la hoja. Una imagen apareció ante sus ojos, no podía creer quién era la próxima víctima, sintió sus rodillas débiles y cayó al suelo, sin dejar de mirar y sostener la hoja. 
Abatido en el suelo, lanzó lejos las hojas, destruyó el sobre, tenía rabia, impotencia, lloraba desesperadamente, no podía creerlo, el hombre de la foto, el hombre que debía millones a la mafia era su dongsaeng, era Seungri.  
 La deuda era por 117.000.000 de wons , él tampoco tenía esa cantidad de dinero, ese mismo día debía irse de esa habitación, su trabajo ya había terminado, su ropa, su auto, su reloj, hasta el color de su cabello, todo le pertenecía a la mafia, su vida entera estaba en manos de los hombres a quienes más odiaba. Solo, estaba completamente solo, hundido en sus derrotas, en sus pecados, en sus miserias, esa habitación se sintió como una cárcel, o como el infierno mismo, aún así respiraba, aún así su cuerpo era fuerte, aún podía hacer algo ¿pero qué? 
¿A dónde podía escapar? Debía pensar rápido, en unos minutos, en unas horas esos hombres se darían cuenta del error, probablemente  lo matarían para que revelara la información, y de paso matarían a Seungri. Debía salvar a su amigo, a su dongsaeng, como hyung tenía esa responsabilidad, como amigo y como familia aún más, esto y la visita de Joong habían vuelto  la realidad a su existencia, le habían devuelto el sentido, ya no era el hombre sin pasado, sin familia y sin amigos, ya no era un alma carente, ahora era un hombre que debía proteger a quienes amaba, pasará lo que pasará.
                                      


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